
Según el Informe de Transformación de Calidad 2025, una encuesta publicada recientemente por Tricentis, líder mundial en pruebas continuas e ingeniería de calidad, 40% de organizaciones peruanas estima pérdidas anuales que oscilan entre US$ 1 y US$ 5 millones debido a fallas de software o necesidades de mantenimiento continuo, mientras que para el 42% de ellas las pérdidas oscilan entre US$ 500 mil y US$ 1 millón.
La encuesta recopiló información de líderes, desarrolladores y profesionales tecnológicos de toda Latinoamérica, identificando diversos grados de impacto financiero causado por la mala calidad del software. El sector de servicios financieros reportó las mayores pérdidas (54%), seguido del sector público (50%), el comercio minorista (43%), la energía (39%) y la industria (35%), todos con pérdidas de hasta US$ 5 millones.
“La más reciente versión de dicho reporte revela que el 76% de las organizaciones latinoamericanas han implementado cambios de código sin probarlos completamente, a menudo con el pretexto de la velocidad”, afirmó Tonatiuh Barradas, vicepresidente de Tricentis para Latinoamérica. “Esto compromete la confiabilidad del software; el riesgo de interrupciones se vuelve inminente, convirtiéndolo en algo más que un problema técnico, una amenaza para la reputación, las operaciones y las finanzas de la empresa”, añadió.
Las empresas peruanas también enfrentan el riesgo de disrupción: 78% de los encuestados afirman estar expuestos a este riesgo anualmente, una cifra que supera el promedio en Latinoamérica, que es 68%.
Las empresas más pequeñas, con entre 150 y 249 empleados, son especialmente vulnerables. El 87% de estas compañías en Latinoamérica expresa su preocupación por la posibilidad de que sus organizaciones sufran una interrupción del software el próximo año. El sector industrial es el más afectado en la región, con un 73% de las organizaciones reportando estar expuestas a este riesgo.