
Según el informe de Kaspersky Evolución de las amenazas informáticas en el primer trimestre de 2025: estadísticas móviles, los ataques a smartphones siguen en aumento. Solo en los primeros tres meses del año se detectaron 180 000 archivos maliciosos, un 27% más que a finales de 2024. Además, más de 12 millones de personas fueron afectadas por estas amenazas, lo que representa un incremento del 36% respecto al trimestre anterior. Esta tendencia al alza no es nueva, ya que los ataques vienen creciendo desde mediados del año pasado.
Este crecimiento se debe a varios factores. Uno de ellos fue la actividad del troyano bancario Mamont, que se hizo pasar por aplicaciones legítimas para robar credenciales bancarias, mensajes de texto y datos personales. También estuvieron activas aplicaciones falsas relacionadas con estafas de dinero. Otra amenaza común en los últimos meses fue el backdoor Triada, descubierto en smartphones falsificados de marcas populares. Este malware probablemente fue instalado por los atacantes después de que los teléfonos salieron de fábrica y antes de llegar a manos del usuario. Triada puede modificar direcciones de billeteras de criptomonedas durante transferencias, reemplazar enlaces en navegadores, enviar mensajes de texto arbitrarios, interceptar respuestas y robar credenciales de acceso a apps de mensajería y redes sociales.
A comienzos de este año, se descubrió un nuevo troyano bancario que comenzó a afectar a los usuarios; este, se hace pasar por una app para ver películas y series gratis. Dicho malware obtiene permisos de administrador del dispositivo para establecerse, accede a funciones de accesibilidad y luego permite a los atacantes controlar el teléfono de forma remota y robar mensajes de texto.
En Asia, los usuarios se enfrentaron al troyano bancario RewardSteal, que simulaba ofrecer recompensas en dinero para robar datos bancarios. También se propagaron otros troyanos como UdangaSteal y SmForw.ko, que reenvía mensajes de texto a otro número.
Aunque el panorama de amenazas móviles continúa en ascenso, este contexto representa también una oportunidad para que los usuarios fortalezcan sus hábitos de seguridad digital. El incremento en los ataques no implica una situación irreversible, sino la necesidad de adoptar medidas más responsables y conscientes. Comprender cómo operan los ciberdelincuentes permite a los usuarios estar mejor preparados para reconocer riesgos potenciales. La ciberseguridad no depende únicamente de las herramientas tecnológicas, sino también del nivel de atención, criterio y educación digital que cada persona pone en práctica en su vida cotidiana.