Yakimo, el primer hand roll bar del país, ha llegado para ofrecer una propuesta gastronómica única, que combina lo mejor de la cocina japonesa y peruana. Detrás de este innovador concepto se encuentra Marcelo Frisancho, reconocido modelo peruano que ha incursionado con éxito en el mundo culinario. Con una carta meticulosamente curada y la experiencia Omakase como su sello distintivo, Yakimo promete convertirse en el destino predilecto de los amantes del buen sushi.
Frisancho, quien descubrió su pasión por la gastronomía japonesa durante sus viajes, señala que Yakimo nació de su deseo de crear un espacio donde la frescura y la creatividad fueran los protagonistas. “Quería ofrecer algo más que sólo buena comida. En Yakimo, cada platillo es una experiencia, desde la selección de los ingredientes hasta la presentación en la mesa”, comenta Marcelo. La experiencia Omakase, de nueve tiempos, permite a los comensales disfrutar de una secuencia de platos sorpresa, elaborados cuidadosamente por el chef itamae Calef Torres, conocido por su trayectoria internacional.
Uno de los aspectos clave en Yakimo es la calidad y frescura de sus ingredientes. Marcelo destaca que el restaurante trabaja directamente con los mejores proveedores, asegurando que el pescado llegue fresco cada día. “El éxito de Yakimo se basa en la frescura. Queremos que cada bocado exprese la esencia de la cocina japonesa, respetando su simplicidad y autenticidad”, explica Frisancho.
El hand roll bar de Yakimo también se distingue por su enfoque en lo tradicional, buscando recuperar la esencia del sushi en un mercado donde abundan las fusiones. “En Perú estamos acostumbrados a muchas combinaciones y salsas en los makis, pero con los handrolls queremos volver a lo esencial: el protagonismo del pescado y la frescura del producto”, añade Marcelo. Esta propuesta minimalista ha sido bien recibida por los comensales, quienes aprecian el equilibrio entre la tradición y la innovación.