Con la pandemia del Covid-19, el comercio electrónico tuvo un explosivo impulso en nuestro país; durante el confinamiento no había alternativa. Debido a las restricciones sanitarias, el peruano promedio tuvo que abandonar su miedo a las compras en línea y pagos virtuales; sin embargo, sus temores se trasladaron hacia la posibilidad de ser timado o de que su pedido llegue muy tarde. Aun así, la industria del comercio electrónico prosperó.
En la actualidad la pandemia concluyó, pero no el impulso al comercio electrónico. Las ventas virtuales siguen creciendo, no al ritmo impuesto por el Covid-19, pero sí con un paso que señala que el futuro de las ventas virtuales es muy auspicioso. Las tiendas virtuales de las empresas, los marketplaces e incluso las redes sociales y las herramientas de comunicación se han convertido en los modernos puntos de venta que utilizan empresas de todo tamaño en el Perú.
El comercio electrónico puede seguir prosperando en el país si se vencen las pocas barreras que quedan. El simple hecho de tener los precios de los combustibles muy altos hace que sea difícil mejorar servicios como la logística inversa para recoger los pedidos que han sido rechazados por los compradores, algo que es común en geografías más desarrolladas en el rubro, como Estados Unidos. Pero existen ingeniosas y audaces alternativas que podrían lograr una adopción del comercio electrónico mayor en el país; todo es cuestión de que las organizaciones las utilicen. Existen muchas posibilidades para seguir creciendo.
Nota: Para continuar leyendo puede ver el informe central de la edición de marzo 2024 de la revista Business.