Los estudiantes se han visto obligados a adaptarse a los entornos online, unos con más limitaciones que otros y miran con recelo las pensiones educativas asumiendo, equivocadamente como verdad absoluta, que la virtualidad es menos costosa que la tradicional educación presencial.
Fipes propone aceptar la virtualidad como una modalidad de aprendizaje indiscutible del siglo XXI con el compromiso del Estado para que:
- Fomente las bondades de la educación no presencial y mejore el marco regulatorio respectivo.
- Fortalezca Beca 18 para ayudar a los estudiantes de los quintiles más afectados mediante un ambicioso programa que supere los recursos invertidos hasta hoy.
- Implemente préstamos estudiantiles con interés blando que permita la continuación educativa.
- Coordine con los operadores de telecomunicaciones la creación de tarifas de internet universitarias a bajo precio, que faciliten el acceso educativo a los jóvenes de provincias alejadas y de bajos recursos.
- Realice acciones preventivas e integradoras en la supervisión de las actividades no presenciales, propias del inicio de una modalidad de aprendizaje nunca antes implementada de manera tan rotunda y generalizada.
- Establezca medidas para el retorno gradual de estudiantes para clases prácticas y de laboratorio con los protocolos sanitarios del caso.