Cuando los diseñadores de la consultora Lippincott se embarcaron en 2011 en el rediseño del logotipo de la célebre cadena de cafeterías Starbucks, descubrieron que dotar de simetría facial al rostro de la icónica sirena era paradójicamente un problema.
Tras escudriñar largamente el rostro pluscuamperfectamente simétrico de la sirena, los diseñadores de Lippincott llegaron finalmente a la conclusión de que la perfección de su semblante la hacía parecer en realidad más fría e inhumana, explica Connie Birdsall, directora creativa de la consultora, en un artículo publicado recientemente por la revista norteamericana Fast Company.
Conscientes de que la simetría era efectivamente problemática, los diseñadores decidieron que la sombra en el extremo derecho de la nariz de la sirena fuera ligeramente más larga que en el izquierdo. Con esto, la sirena ganó en humanidad y consiguió parecerse un poco menos a una máscara.