En el año en curso, BASF espera que la economía mundial crezca un 2,8%, considerablemente más lenta que en 2018 (3,2%). En la Unión Europea, la compañía anticipa un crecimiento más débil tanto en la demanda interna como en la demanda de exportación de terceros países. Por otro lado, BASF presume que Estados Unidos generará un crecimiento sólido, aunque el efecto de estímulo de la reforma fiscal debería ser menos pronunciado que en 2018. El crecimiento en China probablemente continuará enfriándose, pero seguirá siendo alto en comparación con las economías avanzadas. Por el contrario, se espera que la recuperación económica en Brasil se mantenga.
Las perspectivas se basa en los siguientes supuestos económicos adicionales para el año 2019:
- Crecimiento en producción química mundial de 2,7% en 2019.
- Precio de Petróleo promedio de $70 por barril de mezcla de crudo Brent.
- Un promedio de tasa de cambio $1,15 por euro.
“También esperamos que el crecimiento en las industrias de nuestros clientes continúe. Para la industria automotriz, anticipamos una leve recuperación después de una menor producción en el año anterior”, dijo un ejecutivo de la empresa. La perspectiva de BASF también asume que los conflictos comerciales entre Estados Unidos y sus socios comerciales se aliviarán a lo largo del año y que el Brexit se producirá sin mayores repercusiones económicas.